Una vuelta por los alrededores de tu casa puede darte muchas sorpresas inesperadas. Y sino, que nos lo digan a mi familia y a mi una tarde de verano que salimos a disfrutar de un paseo.
Ibamos hablando y riendonos cuando de repente mi hijo mayor se para y dice algo que nos hace girarnos a todos: " Ohhh que bonito!!!!". Y el bonito al que se refería era un gato desaliñado, delgado y con una manchita negra en el labio inferior que le daba una expresión perenne de sorpresa: Nos miraba con un "o" en la boca sin pretenderlo.
Toffee el día que llegó a casa |
Toffee unos días después de que nos adoptara. ¿No os da la sensación de que tiene una ligera expresión de victoria? |
Así que mi hijo se agacha y hace el consabido "misi, misi, miiiissssiiiiii", y acostumbrados como estamos a la gran población gatuna del sitio y a saber que no se dejan tocar ni de broma, yo pienso "si, hombre, como que se va acercar el gato este, bendita inocencia". Y de repente el "o" en la boca se me pone a mi, cuando veo que no solo viene, sino que empieza a maullar retozón.
Y todos "ohhhhhhh". Todos menos yo que no quería un gato en casa y me estaba oliendo el pastel. Así que rápidamente propongo continuar el paseíto, a ver si el gatito bonito se larga, jejejejeje. Pero me voy dando cuenta de que no le voy a ganar la partida, cuando veo que nos sigue todo el rato con esa cara de o, o y o, y que no nos lo vamos a quitar de encima. Ese gato tiene hambre y sabe como buscarse las habichuelas. Y parece que tiene claro que las habichuelas están en mi casa. Mientras tanto mi marido y yo tenemos dos críos entusiasmados, dando grititos y saltitos, alrededor nuestro. Para ser franca, cuando miré a mi marido, creo que el también tenía pinta de querer ponerse a dar saltitos pero se contenía el hombre.
¿Está cómoda la princesa? |
Ni que decir tiene que el gato, mejor dicho, la gata Toffee acabó en casa, comiendo como un marajá, durmiendo en el sofá o donde le daba la gana, y robandonos el corazón a todos.